Conforme va pasando la vida, van pasando los años. Llega un día
en el que te pones a repasar, a contar las piedras con las que tropezaste en
este camino llamado Vida. Esas piedras de diferente tamaño, ya que unas guardan
más recuerdos que otras y por tanto unas dolieron más que otras. Pero conforme
va pasando la vida, te vas dando cuenta de donde estas, de por qué has llegado
hasta donde tus pies están. Te vas dando cuenta de que todo lo que eres ahora,
es por las piedras que recogiste en el pasado, esas que te hicieron llorar pero
a la vez te hicieron fuerte.
Hoy, es uno de esos días en los que mi cabeza piensa en esas
piedras, en esos recuerdos que en un pasado tuve. Entonces, paro a pensar en mi
presente, en mi día a día, y me doy cuenta de donde estoy y de a quién tengo. Puede que sea pronto o puede que me este precipitando,
pero mi corazón se siente agusto donde está y con quien está. Lo que siento por
esta persona es incomparable con lo que nunca he podido llegar a sentir por
nadie. Parecen cosas cursis cuando dices que el amor es inexplicable, pero
cuando lo sientes de verdad es cuando cierras los ojos, suspiras, sale una sonrisa libre en tus labios,
recuerdas algún momento con él y, simplemente, no te salen las palabras, no
sabes explicarte; se te hace tan pequeño todo cuando piensas en cómo definir el
amor...
Sin duda alguna, es realmente cierto eso que dicen de que el
amor, es lo más bonito que te puede pasar en la vida. Por primera vez en este
camino, y después de tropezar varias veces, me doy cuenda de lo que es estar
realmente agusto con una persona, de no sentir agobios ni tener nada que
echarle en cara, de estar con esa persona y sentir que no hay nada más importante
que su sonrisa; que se pare el planeta, que se funda el reloj, que no existan
los problemas, que todo lo malo desaparezca. Solo él sabe hacerme sonreír aun
cuando siento la inexistencia de dicha felicidad. Solo con él he aprendido a
amar de verdad, y a sentirme verdaderamente correspondida. Su forma de sonreír,
de mírame, de acariciarme, de abrazarme,… sientes algo en tu interior que jamás
has sentido, y eso es seguridad, respeto, cariño y amor. Conforme va pasando la
vida te vas dando cuenta que lo que importa no es un pecho musculoso, sino lo
que se esconde debajo de él. De que lo
que importa no es una fecha, sino lo que esa fecha marcó en tu camino. De que
la distancia es ínfima cuando sabes lo que después de esos kilómetros te
espera.
Va pasando la vida y, al recordar esos tropiezos, al
recordar esos momentos, te das cuenta de lo ciega que estabas, de lo equivocado
que estaba tu corazón y tu cabeza, porque solo cuando has sufrido con los
momentos del pasado, solo cuando las caídas hacen daño; cuando crees que nunca
encontrarás a esa persona que realmente te respete, esa persona que sin pedírselo
reproduzca todo lo que esperabas de un hombre, entonces es cuando aprecias los
pequeños detalles, las cosas que parecen insignificantes pero que nunca has
tenido la suerte de presenciar. Conforme vas creciendo, aprecias más los valores y los gestos que un
cuerpo 10, entonces es cuando, sin venir a cuento, cuando menos te lo esperas y
de la manera menos perceptible, aparece. Aparece recogiéndote del suelo sin
importar nada ni nadie, aparece respetándote, reproduciendo todo lo que en tu
cabeza esperabas de un hombre. Entonces, es cuando te das cuenta de que la vida
te ha regalado lo mejor que podía regalarte, y es el amor de esa persona con la
que desearías pasar el resto de tu vida, y la cual desea que tu permanezcas junto
a él, el resto de la suya.
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